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Una vuelta por el infierno literario español


LA LITERATURA ESPAÑOLA Y… DANTE

“A mitad del camino de la vida,

en una selva oscura me encontraba

porque mi ruta había extraviado.

Cuán dura cosa es decir cuál era

esta salvaje selva, áspera y fuerte

que me vuelve el temor al pensamiento!”.

Si Dante hubiera viajado por un Infierno literario español, ¿qué es lo que habría escrito?

Inventa una historia en la que describes el viaje de Dante y Virgilio por un Infierno español. En este infierno Dante y Virgilio encontrarán escritores españoles, personajes históricos, personajes literarios relacionados con la literatura española que has estudiado en estos dos años.

¿Cómo sería este Infierno? ¿En cuáles círculos se encontrarían estos personajes? ¿Qué tipo de castigo por contrapaso tendrían?


* * *


Una vuelta por el infierno literario español

(Ambra Franchino)


“A mitad del camino de la vida,

en una selva oscura me encontraba

porque mi ruta había extraviado.

Cuán dura cosa es decir cuál era

esta salvaje selva, áspera y fuerte

que me vuelve el temor al pensamiento!”.


Así empieza el viaje de Dante y Virgilio por un lugar donde se había perdido el sol.

La noche había sido larga y sobre todo tan aterradora que Dante sintió todo su cuerpo frío y sin vida, como si la esperanza lo hubiera abandonado. Ahora, con Virgilio cerca de él, estaba más tranquilo, porque él era la razón de su salvación del Infierno.

La primera cosa que Dante vio en la entrada del Infierno fue una frase que decía que había que dejar para siempre la esperanza y un diablo, un poco más distante, que golpeaba las almas de las personas para que subieran a un barco muy viejo y pesado.

Melibea

Allí, entre las almas, Dante vio a una mujer que le parecía muy familiar y en ese momento entendió: ella era Melibea, la mujer que iba a casarse con Calisto y que se suicidó por la muerte de su amado. Virgilio le explicó que ella acabaría en el séptimo círculo, o sea el círculo de los suicidas, donde están las personas que se habían suicidado y así habían renunciado a la vida. Estas almas tenían que transformarse en árboles sin poder ser otra vez humanas.


Don Juan

De repente Dante sintió temblar la tierra bajo sus pies y se desmayó. Cuando se despertó, vio a Virgilio cerca de él que le decía que habían llegado al segundo círculo, donde se encontraban los lujuriosos. Entre los lujuriosos Virgilio le presentó a Dante un hombre que se llamaba Don Juan, un libertino que se burlaba de las mujeres y que tenía relaciones sexuales con ellas. Por eso, por su deseo de pasión sin control, él tuvo que quedarse allí, entre los lujuriosos, forzado a ser arrastrado para siempre por un viento muy fuerte, o sea el viento de la pasión humana y del pecado.

Celestina

Dante y Virgilio siguieron bajando por los círculos, hasta el octavo, donde se encontraban las alcahuetas y los videntes, que tendrán que ver para siempre el pasado porque a lo largo de sus vidas han visto el futuro, rompiendo las reglas divinas (ya que solo Dios puede ver entre el espacio y el tiempo). Allí Dante conoció a la Celestina, una bruja que hechizó a Melibea para que se enamorara de Calisto.


Finalmente, bajando cada vez más, Virgilio y Dante llegaron al lugar donde se encontraba Lucifer, el ángel caído. Dante había visto muchos personajes muy particulares con penas tanto distintas cuanto terribles, pero lo que vio allí lo cambió para siempre.


Fernando de Aragón y Felipe el guapo

En el último círculo se encontraban los traidores, o sea los que habían traicionado a sus parientes, amigos o la patria y entre ellos, estaba el rey de los traidores. Era Lucifer, el ángel que había traicionado a Dios, que estaba masticando las cabezas de los dos más grandes traidores del mundo: Fernando de Aragón y Felipe el Guapo, respectivamente el padre y el marido de Juana la Loca, reina de España, que fue traicionada por ellos y encerrada en un castillo porque, según ellos, "estaba loca".


Lucifer soplaba con sus alas un viento helado, congelando a todos los traidores en el río que se encontraba allí y, entre todo ese frío, Dante entendió la importancia de ese viaje.

Porque, querido lector, todos sabemos que Dante era un escritor, pero también un hombre que se dedicaba a la política. Y cuando un hombre tiene en sus manos la responsabilidad de las personas, del respeto de los principios, se puede caer en tentación y en un momento traicionar cualquier cosa.

Aquí termina el camino de Dante en el Infierno, listo para continuar su viaje, pero con mucha más conciencia.



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