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Leyenda: "Un eclipse llamado Sol"


Un eclipse llamado Sol


Trabajo realizado por:


Germano Martina (Riddle)

Messina Morena (Mona)

Morretta Miriam (Mairim)

Nicolaci Alessia (Astro)

V BL

* * *


Mientras que estaba mirando aquel fenómeno que se produce cuando la luna oculta el sol, desde la vista de la tierra, creando aquel maravilloso anillo de fuego, me acordé de aquella leyenda que durante este periodo se oye muchísimo en Covadonga.

* * *

I


La bruma ofusca la mirada, la niebla rodea al monte, las campanas doblan y el sonido se oye hasta los pies de la montaña donde se encuentra un bosque muy grande, con árboles centenarios. En esta valle desierta, muy lejana de la ciudad, había un lago y allí acerca se encontraba una cabaña de un carpintero. Él vivía sólo pero de vez en cuando iba a la ciudad. Cada día él trabajaba en el bosque para recoger leña y solitamente él escuchaba una melodía. Una vez curioso de descubrir el origen de este sonido intentó seguirlo. Cerca de la orilla del lago, sentada en la hierba, había una chica que tocaba una flauta. Él decidió acercarse para presentarse y la vio. El mundo se paró y un inicial silencio descendió entre los dos. Ella era pelirroja y el pelo ondulado se movía acompañado por el viento. Sus ojos eran grandes y verdes, como las hojas del árbol. Ella tenía un vestido largo y blanco, come su piel, que reflejaba la pureza de su alma.

- Perdone, he escuchado esta maravillosa melodía desde el bosque. ¿Cuál es tu nombre?

- Sol, ¿y tú?

- Pepe, ¿te gustaría sonarme algo?

- ¡Claro que sí!

De repente se oyó una música provenir desde la flauta. Una música lenta, dulce y profunda. Esta flauta era muy antigua, de hecho la madera estaba muy arruinada, llena de ranuras, las decoraciones de las entalladuras ya no se veían porque ella siempre la tocaba. En aquel momento él sintió todos los latidos de su corazón acelerar, una pasión invadió todo su cuerpo y la dulzura de aquella melodía pareció transportarlo en otro mundo, casi hacía el Paraíso.

- Maravillosa, me he quedado sin palabras. Tu melodía parece el canto de las golondrinas enamoradas.

- Nadie me había hecho elogios tan bonitos. Tú eres muy gentil.

- ¿ Desde cuándo toca la flauta? Porque tu instrumento parece muy viejo.

- Yo toco la flauta desde cuando era pequeña. Esta flauta es un regalo de mi padre que murió por mi culpa. De hecho cuando yo la toco siempre pienso en él.

- Perdone, no quería.. Ahora tengo que irme, espero verte otra vez.

Así Pepe se fue a su casa y en un momento de tranquilidad pensó construir una nueva flauta.

* * *

II


El tiempo pasó rápidamente, se hizo noche pero Pepe no se dió cuenta del paso del tiempo y ocupó toda la noche para hacer esta flauta. Trabajó sin pararse porque quería regalar este instrumento a Sol por la mañana siguiente.

Las tres de la noche sonaron en el reloj del santuario de la ciudad de Covadonga. Pepe, ya muy cansado, oyó el sonido lento, sordo y horrible de las campanas. Mientras que él estaba empezando a hacer las decoraciones de la flauta, de repente la ventana se abrió por el viento y todas las velas se apagaron. Cuando Pepe se acercó a la ventana para cerrarla él vio el momento del amanezer sobre el horizonte y la aparición de la luz del día, pero el cielo parecía extraño, las nubes y los colores creaban algunas sombras inusuales. Algo raro estaba a punto de pasar. A pasar de todo, él continuó su trabajo. El viento gemía en la puerta que crujía con un ruido agudo, prolongado y estridente ; su corazón latió cada vez con más violencia tanto por el presentimiento de alguien detrás de su puerta como para todos los ruidos que él oía alrededor de su casa.

Inmerso en el silencio Pepe escuchó muchísimos ruidos: el murmullo de agua del lago, pasos que se acercaban a su casa, ladridos de perros y aullidos de lobos, crujidos de hojas y de ramas destrozadas. El sol estaba casi a punto de salir pero cuando empezó a verse, el sol no emitía luz sino una oscuridad inusual. La atmósfera alrededor de la casa de Pepe era espantosa: la niebla empezó a subir de las aguas del lago, creando una nube de vapor de agua, que impedía la vista, todo estaba ofuscado y nada era claro, se distinguían solamente figuras. El viento movía los árboles y el bosque parecía una única masa moverse como una criatura que respiraba pesadamente. El sol subiendo en el cielo, de repente encontró la luna, casi como si las dos estaban a punto de enfrentarse, una lucha entre dos astros y la victoria no era cierta, y cuando el sol y la luna se tocaron, el tiempo pareció pararse, los ruidos se oían con más eco. Una sombra, un espíritu pasó delante de su casa, algo que corría con mucha velocidad y con una meta clara: el bosque.

* * *

III


Cuando Pepe vio esta sombra dirigirse al bosque, él decidió seguirla. Era una figura no muy definida e irregular que corría con dificultad, se sentía un rumbo que se parecía a los aullidos de los lobos pero también al mismo lugar al balar de un corderito, y también respiraciones fatigosas. Pepe corría más fuerte que podía pero sus pasos comparados a los de la sombra eran pequeños y no lograba alcanzarla ; las huellas de la sombra eran muy grandes como las de los osos. De repente Pepe gritó :

- ¡Párate! Por favor, no quiero hacerte daño.

Inesperadamente la creatura le contestó y lo que fue raro es que la voz que respondió no era baja y ronca sino una voz muy dulce, que reflejaba el dolor que ella sentía en el alma.

- No, no me sigas, no quiero hacer otra vez el error que ya hice con mi padre.

Pepe comprendió inmediatamente que aquella sombra era Sol y que algo oscuro estaba pasando en ella.

Mientras tanto el sol había sido casi todo oscurecido por la luna, y pareció que la luna estaba a punto de ganar esta lucha. En el bosque cayó una oscuridad aterrador, y la sombra empezó a correr otra vez. Pepe intentó seguirla pero después de algunos pasos no la vio, ella había desaparecido. Se sentían, a lo lejos, algunos ruidos, suspiros que se ahogaban, versos que anunciaban un dolor profundo, y en el cielo un anillo de fuego rodeaba la figura oscura de la luna. Pepe sentía casi una pesadez en el alma y con el intento de encontrar otra vez la criatura, decidió volver otra vez a su casa. Durante del recorrido Pepe hizo mucha atención a todo lo que le pasaba a su alrededor, escuchaba cada ruido, cada verso, cada mínimo movimiento pero encontró solamente animales que vivían en el bosque. Con una tristeza que le colmaba el corazón volvió a su casa pero algo extraño había pasado ; la puerta de su casa estaba abierta y todas las velas apagadas. Cuando entró, él sintió unos pasos lentos, imperceptibles que anunciaban la presencia de algo que no se ve y cuya aproximación se nota, no obstante, en la oscuridad, la madera crujía y los pasos parecían alejarse y alejarse. El sol empezó a desprender su luz y la luna casi como si hubiera sido tocada por tal luz empezó a alejarse. La luz empezó a iluminar la valle que había sido oscurecida durante todo el eclipse. Pepe observó rápidamente todos los ricones de su casa, todo parecía en orden. Después de algunos segundos su mirada cayó en la mesa donde había trabajado toda la noche, algo faltaba: la flauta. Pepe estaba cierto del hecho de que no era un caso que justo aquel objeto no se encontraba y estaba seguro de que nadie sabía tocar la flauta como Sol, y entonces creía que ella la había tomado. De repente desde lejos empezó a oírse una melodía, no era una melodía cualquiera, Pepe la reconoció, era la melodía que él sentía retumbar en su cuerpo desde el día anterior, pero en aquella melodía se sentía algo nuevo, un nuevo ritmo, una nueva sinfonía que parecía conectar dos almas, Pepe se sentía parte de esta melodía. Salió de su casa, pero nadie se veía, el dulce sonido provenía de la cima del monte. Pepe pensaba sin duda en Sol, en aquella hermosa chica que había encontrado la mañana precedente y que le había cambiado la manera de ver la vida, pensaba en todos los eventos raros que le habían pasado durante de la noche, y sobre todo en el eclipse y de repente miró el sol y pensó que aquel eclipse no era un eclipse cualquiera, sino era un eclipse llamado Sol. La música no se paró y continuó hasta la noche. Cuando el sol se puso, un silencio cayó en la valle.

La mañana siguiente la melodía no sonó y Pepe no vio a Sol nuca más.

* * *

IV


Dicen que después de aquel día, durante todos los eclipses de Sol es como si la naturaleza se despierte: los árboles empiezan a moverse, un viento calmo y templado sopla en toda la valle y es como si alguien cante una canción muy dulce, las nubes blancas ocultan el cielo y aquellas nubes recuerdan la blandura del vestito de aquella mujer. Una dulce y profunda melodía invade, a partir del monte, todas las calles de Covadonga. Además en la casa del carpintero, que con el pasar del tiempo se quedó deshabitada, retumba con más fuerza aquella melodía creada por el toque de la notas de la flauta, y se dirige a una dirección muy precisa: el lago, que durante todos los eclipses se cubre por una niebla que, moviéndose, parece bailar en el aire con le sol, justo allí donde todo empezó.



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