El responsable de la seguridad de tu escuela ha dicho que las catástrofes no se pueden prever.
¿Y si no fuera así?
Te acaban de decir que dentro de 24 horas un asteroide gigante se estrellará contra tu planeta, destruyendo todo.
Describe tu último día de vida sobre la Tierra.
* * *
Si fuera verdaderamente así, si verdaderamente un asteroide gigante estuviera a punto de estallarse contra nuestro maravilloso planeta, si verdaderamente la raza humana estuviera viviendo sus últimas horas en este universo infinito y si yo fuera la única persona que lo supiera… no lo sé qué haría, o mejor dicho, no sabría el orden de las cosas que haría.
Antes de todo, pienso que sería un enorme choque aprender esto, me quedaría de piedra al saber que al cabo de unas horas mi vida, la de mis familiares, de mis amigos y también de mis enemigos podría llegar a su fin (por lo que se refiere a mis enemigos podría ser casi algo positivo, pero admito que soy una persona buena, pues me preocuparía también por ellos).
Después de la fase de choque, llegaría a la fase de: “Puesto que es mi último día en este mundo, ¿por qué no disfrutar de la situación y hacer las cosas más locas de toda mi vida?”.
Lo primero sería organizar una extraordinaria fiesta en piscina con todos mis amigos, sin olvidarnos claramente del pinchadiscos: preferiría Martin Garrix pero me gustaría también David Guetta. [Pequeña anotación: por el dinero, ¿me lo podría prestar usted profe, verdad? Le prometo que se lo devolvería cuanto antes… ah, ¡qué lástima! El mundo acabará dentro de poco tiempo… pero… ¿cómo se dice? “El dinero no da la felicidad”. Entonces, no se queje demasiado, profe].
Después de la fiesta, cogería inmediatamente un avión para Milán y correría a Milanello para pedir un autógrafo en todas mis camisetas de fútbol a mis ídolos: los jugadores de Milan, incluso el cuarto portero.
Luego, me gustaría hacer muchas cosas: desde cuando era pequeño me encantaban los deportes extremos como el bungee jumping, el parapente y el paracaidismo… y también quisiera poseer un Ferrari.
Si lograra sobrevivir a todos estos “pasatiempos”, de repente, podría ser animado por mi espíritu magnánimo (obviamente estoy bromeando, no soy tan humilde) y empezaría a construir una nave espacial para dejar este planeta, condenado a la destrucción, con mis personas queridas; apenas la completara, enviaría mi proyecto a los científicos del mundo entero, para que construyan un número suficiente de naves espaciales para salvar a toda la humanidad. Después de la construcción, la humanidad entera, mis personas queridas y yo viajaremos hacia un nuevo planeta: la Luna o Marte (pero, en mi opinión, la Luna es más romántica) y al aterrizaje me celebrarán como el salvador de la humanidad que vivirá feliz por la eternidad (o por lo menos hasta el momento en el que otro asteroide se destallara contra la Luna).
P.D. Desafortunadamente tengo que decir que por unos problemas técnicos no hay naves espaciales suficientes y alguien tiene que sacrificarse y… ¿quién tiene más coraje que los profesores de matemáticas? Lo siento mucho, pero en mi planeta ideal no hay sitio para las matemáticas.
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